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Uno de cada cuatro bebés sobreviviría a un aborto tardío

sábado, 22 de agosto de 2009

Desde la semana 30, viven todos los fetos
Uno de cada cuatro bebés sobreviviría a un aborto tardío
Los ginecólogos revelan que en la semana 24 de gestación, con los medios actuales, el 26% de los fetos saldría adelante Una semana después, lo harían seis de cada diez

A partir de la semana 20 sólo se detecta un 1,5 por ciento de minusvalías graves que justificarían un aborto.

M. Poveda
Madrid- La medicina avanza y la atención de hoy dista mucho de la que se recibía hace apenas cinco años. Las estadísticas hablan de que, en la actualidad, uno de cada cuatro bebés que nace antes de la semana 24 de gestación sobrevive y lleva una vida normal. El porcentaje crece a medida que pasan las semanas hasta el punto de que, sólo una semana después -a las 25 de gestación- el 60 por ciento sale adelante. Y, así, sucesivamente; a las 30 semanas, casi todos los que nacen, sobreviven sanos. Los datos los aporta la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), para quien, la realidad científica choca con la terminología jurídica. «La jurisdicción actual esconde hechos que a la luz de la ciencia no pueden considerarse aborto», explicó ayer José Bajo Arenas, el presidente de la sociedad.
Como adelantó este periódico, cerca de 6.000 ginecólogos lanzaron ayer un manifiesto que lo deja todo claro: «La viabilidad del feto ha cambiado en los últimos cinco años. A partir de 500 gramos -peso que se alcanza a las 22 semanas- el niño puede salir adelante», añadió Rosa Sabatel, miembro de la sociedad de ginecología.
Sea una cuestión de concepto o no, lo que los ginecólogos reivindicaron ayer es que «la terminología médica se acompase con la jurídica», explicó Bajo Arenas. Los ginecólogos no se quieren meter en camisa de once varas, «la legislación no nos compete», dijeron, pero sí quieren precisar lo que creen que es justo: «Hoy por hoy, por encima de las 24 semanas, ya no es un aborto, que la ley utilice correctamente la terminología. La medicina ha avanzado en el rescate de niños que en otra época hubieran fallecido», dijo.
Ni entran, ni salen en lo que la ley establezca antes de la semana 24, pero, una vez que el feto es viable, piden que no se le denomine «aborto». Al igual que con el trasvase del Ebro a Barcelona se ha recurrido a eufemismos, aquí el profesor Bajo dice que se le llame «destrucción del feto maduro» o «eliminación de un feto viable» pero «aborto, no». «El concepto jurídico de aborto de la actualidad no responde con el médico», comentó.
Malformaciones
Según los datos de la SEGO, las malformaciones del feto, en su inmensa mayoría, se pueden realizar antes de la semana 20 de gestación. «El 70 por ciento de los defectos congénitos se detectan en los dos primeros trimestres de embarazo. A partir de ese momento sólo se encuentra entre un uno y un 1,5 por ciento de complicaciones graves (hidrocefalia o cardiopatías, fundamentalmente). El resto de las anomalías que se detectan tardíamente no son incompatibles con la vida -labio leporino, reducción de algún miembro, etc.-», explican los especialistas.
Y ante estas cifras, una reivindicación más de los especialistas: «Si hubiera más ecografistas, o si los que hay tuvieran más tiempo para realizar la ecografía de la semana 20 -en ocasiones, por listas de espera, esta prueba se lleva a cabo fuera de plazo- se podrían detectar la práctica totalidad de los problemas cuando aún estamos a tiempo», concluyeron


http://www.larazon.es/51869/noticia/Sociedad/Uno_de_cada_cuatro_beb%E9s_sobrevivir%EDa_a_un_aborto_tard%EDo

Nota

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Medellín, Antioquia, Colombia
Magister en Filosofía y Politóloga de la Universidad Pontificia Bolivariana. Diplomada en Seguridad y Defensa Nacional convenio entre la Universidad Pontificia Bolivariana y la Escuela Superior de Guerra. Docente Investigadora del Instituto de Humanismo Cristiano de la Universidad Pontificia Bolivariana. Directora del Grupo de Investigación Diké (Doctrina Social de la Iglesia). Miembro del Grupo de Investigación en Ética y Bioética (GIEB). Miembro del Observatorio de Ética, Política y Sociedad de la Universidad Pontificia Bolivariana. Miembro del Centro colombiano de Bioética (CECOLBE). Miembro de Redintercol. Ha sido asesora de campañas políticas, realizadora de programas radiales, así como autora de diversos artículos académicos y de opinión en las áreas de las Ciencias Políticas, la Bioética y el Bioderecho.

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