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“A special report on religion and public life” (The Economist, November 3rd 2007)

domingo, 12 de julio de 2009

“A special report on religion and public life” (The Economist, November 3rd 2007)

Por: BEATRIZ EUGENIA CAMPILLO VÉLEZ


La relación entre política y religión, ha reaparecido con fuerza en el panorama internacional, los ámbitos en los cuales se ha dado han sido muy diversos, aquí intentaremos abordar algunos de estos encuentros, que demuestran que si bien la modernidad trajo consigo muchos cambios en el pensamiento, no logró hacer una división completa entre la fe y la razón, discusión que la llamada postmodernidad ha vuelto a ubicar en el centro del debate.

Basta recordar, a modo ilustrativo, que Occidente, civilización que se precia de haber logrado una mayor separación de estas esferas, encuentra su origen en la mezcla de tres elementos culturales: el logos griego, el Derecho romano y la idea de prójimo aportada por el cristianismo; según como lo ha sintetizado el profesor Merquior. Así, el elemento religioso está en los cimientos de nuestra cultura y de alguna forma es lo que ha permitido discursos tan propios como lo son los Derechos Humanos, por tanto no podemos desechar fácilmente este elemento de las discusiones. Por su parte, en Oriente la religión se ha mostrado como una constante, y se ha reconocido de forma pública la importancia de ella en la sociedad.

Entrando en materia, podemos afirmar que justamente el tema de la violencia religiosa, es uno de los puntos donde con mas fuerza se encuentra el vinculo de política y religión, los conflictos bélicos muestra un escenario complejo al integrar elementos tan diversos, y mas cuando presenciamos un “choque de civilizaciones” como el que anotábamos anteriormente. Por otra parte si bien es cierto que discutir de religión es algo complicado en si mismo, es lógico pensar que se agrava cuando se mezclan otras situaciones u otros intereses, como en el caso del fundamentalismo islámico y el pensamiento americano, cuando la disputa encuentra sustento en los petrodólares.

Pero aun así, si recortáramos la realidad y nos centráramos en discutir dogmas religiosos, seria igualmente difícil, porque se parte de verdades, y convicciones propias del fuero interno del individuo, pero con una gran incidencia social (recordemos que hablar de religión lleva implícito el carácter de comunidad) y aunque el dialogo ecuménico ha permitido algunos avances, todavía esta muy lejos de llegarse a acuerdos que impidan o frenen ciertos tipos de violencia, especialmente por todos los intereses que se tejen y se ocultan.

Sin duda, uno de los fenómenos más trágicos que ha tomado fuerza en el escenario internacional, llegándose a convertir en un enemigo común, es el terrorismo, visto en principio como la mayor expresión de esta violencia religiosa, especialmente desde los ataques del 11 de Septiembre de 2001. Sin que por ello, reduzcamos su área de actuación a lo estrictamente religioso, ya que existen grupos terroristas cuya motivación dista mucho de esta esfera. Sin embargo es relevante tener en cuenta que el mundo ubicó al fundamentalismo islámico como el sinónimo o el símbolo del terrorismo después de los ataques mencionados. Frente a este caso particular del Islam, hay que hacer precisión en entender que el Corán en si mismo no lleva a los atentados que se han cometido en nombre de Ala, son por el contrario diversas interpretaciones que enfrentan incluso a los mismos islámicos, especialmente sunitas y chiítas. De hecho la mayoría de las religiones en su esencia predican un comportamiento pacifico.

De tal forma, vemos como los conflictos internacionales toman un carácter religioso y que por más que se haya intentado separar tajantemente la política de la religión encontramos múltiples sucesos donde ambas esferas se ven íntimamente relacionadas, bien sea el cristianismo en Occidente, la iglesia ortodoxa en Rusia, el confusionismo en China, entre otros. Una muestra clara de esta unión entre lo religioso, lo político y lo económico, lo representa el Club Bilderberg, que aunque el artículo no lo trata, resulta ser un ejemplo ilustrativo por su intima cercanía a la Masonería. (1)

En este orden de ideas la religión afecta otros campos dentro de la política que no necesariamente tiene que ser en su parte bélica, o de violencia física, también se persuade mediante los medios de comunicación, se crean partidos políticos que se identifican abiertamente con un credo específico. Además, las religiones ejercen influencia en la economía, y suelen manejarse como una gran empresa. De hecho el fenómeno económico de la globalización, ha permitido entrar a otros campos, dejando que las personas libremente elijan su credo sin importar tanto su lugar de nacimiento, y por otra parte hay quienes incluso afirman que posturas radicales como el Islam fundamentalista, ha impulsado a otras religiones como el judaísmo y el hinduismo radical, ha unirse y tomar mas fuerza.

Empero, al convertirse la religión en un aspecto de elección y no tanto de tradición. Se abre el panorama, pero a su vez trae ciertos problemas, como por ejemplo, el hecho de que las personas no suelan conocer a fondo sus religiones, no lean a profundidad sus textos, ni reflexionen sobre ellos. Perdiendo en parte el verdadero sentido de las mismas. De allí se puede explicar la multiplicidad de facciones que han aparecido en los últimos años.

"Pensamos que era la relación entre la modernización y la secularización. De hecho, era entre la modernización y el pluralismo. "La religión ya no se dan por supuestas o heredadas, sino que se basa en torno a los adultos haciendo una elección, de ir a una sinagoga, templo, iglesia o mezquita.”(2)

Un caso particular es el que se da en India, se considera muy pluralista por la forma en la que nacieron sus religiones, pero las diferentes posturas se hacen notar y entran en conflicto. En la actualidad hay muchas vertientes de las distintas religiones, esto complica el escenario y especialmente la política exterior de los países.

Sobre este fenómeno, “Muchos intelectuales seculares piensan que el verdadero "choque de civilizaciones" no es entre las diferentes religiones sino entre la superstición y la modernidad.”(3) De esta manera algunos parecen ubicar la discusión en un grado de menor importancia, son aquellos que piensan que todo esto que vivimos es una moda, o una especie de proceso de transición, donde el secularismo logrado por la modernidad no pondrá ser cambiado, y la división entre Estado y religión tendera a ser reforzada. “Después de todo, durante gran parte del siglo 20 fue desterrada la religión de la política. Para la mayoría de las élites, Dios se había deshecho por Darwin, destituido por Marx, deconstruido por Freud. ”(4)

Pero, contraria a esta posición, lo que podemos observar con hechos recientes y que el artículo intenta mostrar, es que “Parte de esa furia secular, especialmente en Europa, procede de exasperación. Después de todo, ha sido un canon de pensamiento progresista desde la Ilustración, que la modernidad - combinación de la ciencia, el aprendizaje y la democracia- matan a la religión. Es evidente que esto no ha ocurrido. Los números acerca de la observancia religiosa son notoriamente poco fiables, pero la mayoría de ellos parecen indicar que toda desviación hacia el secularismo se ha detenido, y algunos se muestran a la religión en aumento.”(5) Así pues, en una muestra más de que las teorías políticas no mueren, hoy en el siglo XXI, nos encontramos discutiendo la teocracia, llegando incluso al límite de lo que consideraríamos “absurdos”, como la política de China que pretende institucionalizar el proceso de reencarnación, por lo cual se prohibió recientemente a los monjes budistas en el Tíbet la reencarnación sin permiso del gobierno.(6)

Ahora bien, la fe se ha entendido como una barrera en contra del cambio, y de allí se ha dicho que la fuerza que las religiones han tomado en la postmodernidad, hacen recordar algunos elementos característicos de la edad media. Sin embargo, otros sectores se han empeñado en mostrar ese dialogo entre fe y razón, como algo propio del ser humano, que pone límites a sus actualizaciones impidiendo de alguna forma que el mismo se haga daño, pero que no tiene porque entenderse como una oposición declarada a todo lo nuevo.

El pensamiento liberal, es otro asunto importante en todo este debate. Especialmente cuando se resalta la relación entre ciencia y religión, y el papel del Estado al momento de pronunciarse frente a temas tan sensibles como lo es la vida humana.

Al respecto, se generan varias posturas como la del profesor Iván Darío Garzón, la cual citamos a continuación, ya que amplia la reflexión que aborda el artículo publicado en The Economist.

“La contradicción parece ser evidente, las sociedades occidentales actuales –que mayoritariamente se proclaman políticamente democráticas y liberales- no podrían tolerar que las personas pensaran libremente, o en todo caso en forma distinta al credo oficial, o por lo menos al que parece asumir hoy en día el Estado, los medios de comunicación y el mercado.
Así las cosas, “nada más ajeno a la laicidad que imponer el laicismo como obligada religión civil”, o como una doctrina intolerante que proclama precisamente el respeto de la autonomía del ser humano en la formulación y vivencia de sus convicciones. Con ello se negaría no sólo la libertad como condición de la participación en la vida pública, sino la misma posibilidad de una ética natural”(7)

En sociedades que se predican abiertas, no se deberia dar el caso del islamismo fundamentalista, donde las personas se debaten en ser un traidor o un mártir, es como si eligieran como morir o en manos de quien. La democracia debe integrar las posturas religiosas, intentado crear un ambiente de discusión sano en la medida de lo posible, pero en política no se debe recortar lo que en esencia es el ser humano, históricamente la religión ha formado parte de su naturaleza, al igual que la misma política, por tanto resulta imposible omitirla si se desean hacer debates serios y respetuosos donde se tomen todas las variantes y se busquen lugares comunes, pero intentar suprimir la parte religiosa del debate político, no es hallar una solución, sino a lo sumo aplazar una discusión, cuando no, agravarla.


Bibliografía

• “A special report on religion and public life” (The Economist, November 3rd 2007)
• MARTÍN JIMÉNEZ, Cristina. El Club Bilderberg: Los Amos del Mundo, Córdoba, Arcopress, 2005
• GARZON VALLEJO, Iván Darío. Bosquejo del laicismo político. Arequipa: Universidad Católica de San Pablo, 2006.

Citas

1. Cfr. MARTÍN JIMÉNEZ, Cristina. El Club Bilderberg: Los Amos del Mundo, Córdoba, Arcopress, 2005
2. “We thought that the relationship was between modernisation and secularisation. In fact it was between modernisation and pluralism.” Religion is no longer taken for granted or inherited; it is based around adults making a choice, going to a synagogue, temple, church or mosque”. “A special report on religion and public life” En: The Economist, November 3rd 2007, p.11
3. “Many secular intellectuals think that the real “clash of civilisations” is not between different religions but between superstition and modernity.” Ibid, p.4
4. “After all, for much of the 20th century religion was banished from politics. For most elites, God had been undone by Darwin, dismissed by Marx, deconstructed by Freud“ Ibid, p.4
5. “Part of that secular fury, especially in Europe, comes from exasperation. After all, it has been a canon of progressive thought since the Enlightenment that modernity—that heady combination of science, learning and democracy—would kill religion. Plainly, this has not happened. Numbers about religious observance are notoriously untrustworthy, but most of them seem to indicate that any drift towards secularism has been halted, and some show religion to be on the increase.” Ibid, p.4
6. “In the most bizarre example, China recently banned Buddhist monks in Tibet from reincarnating without government permission. The religious-affairs agency explained that this was “an important move to institutionalise management of reincarnation”. The real purpose is to prevent the Dalai Lama, Tibet's exiled spiritual leader, from being succeeded by someone from outside China.”. Ibid,p.12
7. GARZON VALLEJO, Iván Darío. Bosquejo del laicismo político. Arequipa: Universidad Católica de San Pablo, 2006. p.16

Nota

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Medellín, Antioquia, Colombia
Magister en Filosofía y Politóloga de la Universidad Pontificia Bolivariana. Diplomada en Seguridad y Defensa Nacional convenio entre la Universidad Pontificia Bolivariana y la Escuela Superior de Guerra. Docente Investigadora del Instituto de Humanismo Cristiano de la Universidad Pontificia Bolivariana. Directora del Grupo de Investigación Diké (Doctrina Social de la Iglesia). Miembro del Grupo de Investigación en Ética y Bioética (GIEB). Miembro del Observatorio de Ética, Política y Sociedad de la Universidad Pontificia Bolivariana. Miembro del Centro colombiano de Bioética (CECOLBE). Miembro de Redintercol. Ha sido asesora de campañas políticas, realizadora de programas radiales, así como autora de diversos artículos académicos y de opinión en las áreas de las Ciencias Políticas, la Bioética y el Bioderecho.

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