UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA
FORMACIÓN DOCENTE - SEMINARIO
Medellín, 2008
LAS CIENCIAS SOCIALES
Por: Beatriz Eugenia Campillo Vélez
Conocernos y no simplemente seguir lecturas sobre nosotros mismos hechas desde afuera sigue siendo el reto en América latina. Las ciencias sociales en nuestro contexto, y especialmente desde una mirada pedagógica, continua siendo una tarea pendiente, que hemos ido aplazando como sociedad, dadas las presiones a las que nos vemos avocados en un mundo donde la productividad marca las pautas.
Dedicarse a estudiar y mas aun a enseñar en un área de Ciencias Sociales, es visto como algo económicamente no rentable, y por esto no importante. Visión que sin duda es errónea, especialmente cuando vemos que las grandes potencias tienen como fondo un trabajo fuerte en esta área, aunque no siempre lo muestren y obviamente no sea lo que vendan. Es un principio geopolítico el “divide y vencerás”, y bajo ninguna circunstancia interesa que América latina este unida, pues por sus riquezas de toda índole, podría perfectamente ser competitiva en el plano internacional y perfilarse como potencia, y obviamente a muchos no les interesa crearse competencia, y bajo este orden de ideas no impulsaran las ciencias sociales, pues es un área que daría unidad e identidad.
Basta preguntarse, qué seria de los Europeos sin la filosofía, el arte, la literatura, el conocimiento de su historia, entre otros; de los Estados Unidos sin el llamado “destino manifiesto, y de China sin su cultura milenaria? Nuestros pueblos antiguos tienen una gran historia, de hazañas y grandes avances, sin embargo la historia la empezamos a contar con una visión netamente colonialista, desde el descubrimiento de América, situación que como muchos han manifestado debería hablarse de encuentro de mundos, mas no de descubrimiento, porque decir que el hombre descubrió un nuevo continente significa de entrada negar la dignidad de hombres a los seres que ya habitaba hacia mucho tiempo estas latitudes.
Además de lo expresado habrá que agregar, siguiendo al profesor Edgardo Lander, que:
“El pensamiento político y social sobre este continente ha estado atravesado históricamente por una tensión entre la búsqueda de sus especificidades y miradas externas, que han visto estas tierras desde la óptica reducida de la experiencia europea. En forma asociada, se ha dado la oposición entre la apuesta por las ricas potencialidades de este Nuevo Mundo, y el lamento de su diferencia en contraste con el ideal representado por la cultura y la composición racial europea. Sin embargo, las miradas externas, propiamente coloniales y la aflicción de la diferencia han sido ampliamente hegemónicas. Basta una revisión somera del texto de las primeras constituciones republicanas para ver cómo el pensamiento liberal, al buscar realizar un trasplante para instaurar aquí una réplica de su lectura de la experiencia europea o norteamericana, hace abstracción de las condiciones culturales e históricas particulares de las sociedades a propósito de las cuales se propone legislar.” (1)
Es así como el pensamiento ilustrado hace carrera en nuestra sociedad, y además tomamos como norma, similar al proceso de independencia donde decíamos ser libres pero reconocíamos a Fernando VII como autoridad, o como cuando acogimos los postulados de la CEPAL cuando era notorio que quienes hacían los estudios no conocían nuestra realidad; o en la actualidad cuando los Estados europeos nos critican por la violación a los Derechos Humanos, y no es que sean deseables, sino que es curiosa la critica cuando ellos pasaron por procesos aun mas sangrientos para lograr lo que ahora son. Nosotros nos hemos saltado etapas, nuestros Estados apenas si empiezan a formarsen, y estamos viviendo procesos que implican tener un propio ritmo.
Pero históricamente parece que tuviéramos una necesidad de tener un amo a quien seguir, continuamos aprendiendo modelos y siguiéndolos sin saber si compaginan o no con nuestra realidad, lo importante ha sido mostrar que seguimos un camino trazado para evitar criticas y confrontaciones, porque como diría Kant “es tan fácil ser un menor de edad”. El reto, y ya algunos han comenzado es volvernos autores, investigadores, y crear nuestra propia historia, esta bien apoyarse en otros y conocer otras experiencias pero es necesario ir más allá y crear la propia.
Citas
1. LANDER, Edgardo. LAS CIENCIAS SOCIALES EN EL ATOLLADERO, América Latina en tiempos posmodernos. Nueva Sociedad Nro. 150 Julio-Agosto 1997, pp. 19-23
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domingo, 12 de julio de 2009
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Beatriz Campillo
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