Está ocurriendo en la India
Autor: Carlos Alberto Gomez Fajardo
Para el primer ministro de la India se trata de una situación que representa una vergüenza nacional: han muerto millones de niñas debido a los feticidios selectivos, consecuencia del uso despiadado de la tecnología diagnóstica prenatal. Por razones de utilidad las familias prefieren a los hijos hombres y eliminan las niñas, especialmente cuando los hijos previos han sido de sexo femenino. A tal punto han llegado las cosas que se han establecido penas de prisión para los médicos que se presten a ése oscuro juego. En estudios de población se ha comprobado que nacen sólo 759 niñas por cada mil varones, y que la explicación de esta diferencia está en lo anotado: muertes selectivas. Este genocidio está llegando a afectar demográficamente al país. Un fenómeno similar ocurre en otras poblaciones asiáticas y en países de mayoría musulmana; el aborto selectivo –dice el primer ministro en encomiable autocrítica- es algo inhumano, reprochable e incivilizado.
Se trata de una de las duras paradojas de un mundo que cada vez tiene una mayor confianza en que la aplicación de la técnica hace parte del progreso y del mejor vivir. En el fondo la realidad es la del abismo de la brutalidad y deshumanización al cual son llevadas las naciones cuando se pierde de vista el norte antropológico y el sentido de la verdadera utilidad de los avances de la tecnociencia. Es el pavoroso escenario de discriminación y de muerte selectiva propiciado por padres y por médicos -mejor llamarlos tecnócratas- que reducen a la persona a la condición de instrumento para obtener fines diferentes a los del respeto debido a su propia dignidad humana. La paradoja se extiende a los Estados Unidos y al occidente “civilizado”. Allí una de las principales autoridades académicas, el Colegio Americano de Ginecología y Obstetricia, en opiniones que tienen alcance e influencia mundial y que pretenden ser recomendaciones de carácter “técnico”, se concede aval a iguales o peores conductas. Se justifican (Comité del ACOG, opinión No. 360 de febrero de 2007) procesos de la selección de sexo “en algunos casos”. Tal es el de las discriminaciones genéticas de condiciones hereditarias ligadas al sexo y otras con el eufemismo de la “terminación del embarazo”, brutal y cuestionable concepto recientemente acogido y copiado por el Ministerio de Protección de Colombia. Sí a la muerte selectiva, pero “sólo en algunos casos”... El retorno a idénticos modos de razonar en las políticas de depuración racial de los años treinta, unánimemente rechazadas por las Naciones Unidas. No en vano desde 1981 en la literatura académica norteamericana se describe como una técnica “científica” (NEJM 1981;304 1525-7) la ejecución de punciones intracardiacas para feticidios dirigidos bajo visión ecográfica. Paradojas de los dos mundos: el desarrollado que pone el poder económico y el criterio de utilidad por encima del sentido de la solidaridad humana, y el de la India, potencia en algunos aspectos, pero en otros, triste teatro de deshumanización y de pérdida del sentido del respeto a las bases de una convivencia humana justa y democrática.
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