El autismo de los profesores
Autor: Carlos Alberto Gomez Fajardo
El autismo se expresa por una limitada y peculiar manera de relacionarse con la realidad. Estas personas tienen contacto con ella, pero es un contacto en cierto modo hipertrófico, que suele reducirse a una atención exagerada a algunas parcelas o fragmentos de la misma realidad. Hay en estos casos una asombrosa capacidad de concentración, de memoria, de análisis, en torno a aspectos para la mayoría desapercibidos. Con gran capacidad de profundización en detalles en algunas zonas de las ideas y del quehacer humano, los autistas pueden llegar a manifestar geniales destrezas en temas como el dibujo, la música, las matemáticas y otras artes, mientras simultáneamente padecen de grave dificultad en la comunicación cotidiana y en la interacción social normal.
Algo parecido puede suceder en los ambientes académicos: encumbrados profesores universitarios parecen haber llegado a extremos de desconexión de la realidad, como se deriva de sus escritos o del modo de expresarse. A veces sus discursos parecen extraídos de una historia clínica psiquiátrica. Tal vez este apenas sea un síntoma del exceso de especialización, problema educativo propio del siglo XX, pero que para el XXI representa un interesante reto pedagógico. Seguramente este “autismo profesoral” continuará en proceso de agravamiento, pues todo indica que la creciente –sin fundamento racional- fe en la técnica y en el “poder hacer” de la instrumentalización y de la progresiva complejidad en los aparatos y tecnologías, proliferará hacia máximos niveles de especialización y de atomización del conocimiento. Dar un vistazo a publicaciones académicas permite con facilidad recoger algunos ejemplos de hermetismo que hace recordar el tema de las dificultades de comunicación de aquellos enfermos a que se hace referencia. Sin mucho esfuerzo, tomando dos recientes publicaciones universitarias locales, se pueden escoger unos títulos. Para el lector no especializado aquellos, por sí mismos, dan cuenta de que son oscuridades conceptuales, y cuando los autores “aclaran” a qué se refieren, el desconcierto aumenta. Se hace presente el Babel contemporáneo. Veamos dos casos: En la Revista EAFIT, 43 (148) aparece el título “Sistema paraconsistente y paracompleto LBPcPo”. El lector curioso indaga un poco más y los autores le explican a qué se refieren los tales “sistemas paraconsistente y paracompleto”; resulta que no se trata sino de una “una extensión de la lógica clásica positiva al incluir dos operadores de negación alterna, un operador de incompatibilidad y un operador de completez…” En otra publicación local, revista de Ingeniería de la UdeA (Marzo 2009) está el artículo: “Aplicación del método Petrov-Galerkin como técnica para la estabilización de la solución en problemas unidimensionales de corrección-difusión-reacción”. Como consuelo para el lector, los autores cuentan que el tal método es algo que sirve para “eliminar el efecto no autoadjunto inducido por el término convectivo”. Lo que sigue, podrá usted imaginarlo, es un galimatías académico altamente especializado; el memorioso Funes, de Borges, pasaría toda una tarde descifrando estos contenidos… El lector normal puede preguntarse si se trata de la insólita profundidad de los actuales Galileos o de unos casos de simple pedantería que hace parte del sistema de adquisición de puntos académicos para un escalafón -publica o pereces, se ha dicho antes- o a lo mejor, de algo que se escribe sólo para que sea leído por sus “pares”, por sus “iguales”, en un curioso club de iniciados similar a las sociedades secretas que supuestamente comparten un saber de carácter esotérico. Allí no caben ni son bienvenidos, siquiera como lectores, los no iniciados. Por otra parte, don José Coll y Vehí, un profesor de lengua castellana, en 1857 escribía con contundencia y sencillez, esta lección: “Para que los demás nos entiendan es preciso que nos entendamos a nosotros mismos.”
http://www.elmundo.com/sitio/noticia_detalle.php?idcuerpo=1&dscuerpo=Sección%20A&idseccion=3&dsseccion=Opinión&idnoticia=111815&imagen=&vl=1&r=buscador.php&idedicion=1314
Buscar
El autismo de los profesores
miércoles, 29 de julio de 2009
Etiquetas:
LENGUAJE POLÍTICAMENTE CORRECTO
Publicado por
Beatriz Campillo
en
20:41