Cambio ideológico del PSOE
De la beautiful a las lesbianas
La imagen de Cándido Méndez sosteniendo la pancarta del Día del Orgullo Gay, escrita en varias "lenguas del Estado", constituye la representación más gráfica de los nuevos cimientos ideológicos del PSOE.
Cristina Losada
No está muy claro que los socialistas hayan dado un "cambio ideológico", pues para hacerlo se requiere tener ideología. En cambio, es evidente que bajo la iluminación intelectual de Zapatero han hecho una mutación irreversible. Y si no que se lo pregunten a Cándido Méndez. La imagen del secretario general del antiguo sindicato de clase conocido como UGT sosteniendo la pancarta del Día del Orgullo Gay, escrita en varias "lenguas del Estado", constituye la representación más gráfica de los nuevos cimientos ideológicos del Partido Socialista. Quien piense que la "visibilidad" de las lesbianas no preocupa a los trabajadores se equivoca. En España hemos pasado en un nanosegundo de la mofa y befa de los homosexuales a envolvernos en la bandera del arco iris.
Ramón Jáuregui comparaba la trascendencia de ese giro con la que tuvo, en 1979, el abandono del marxismo. Confieso que nunca he creído en el marxismo del PSOE que me ha tocado conocer. La prueba palpable de que las enseñanzas de Marx le importaban un bledo fue que las repudiara de un día para otro. Ningún marxista convencido se desprende de su doctrina y su Weltanschauung con la facilidad con que se quita uno la camisa. No es que el marxismo quede tatuado, pero poco menos. Sin embargo, el clan de la tortilla se lo sacudió tal que si fuera un poco de caspa y no rechistó nadie. Fue, para entendernos, como si el Papa proclamara que abandona el cristianismo, permaneciera en su puesto, y la Iglesia católica y sus fieles continuaran como si no nada.
El PSOE se desprendió entonces del marchamo de una ideología que no tenía para parecer un partido socialdemócrata y tocar poder. Andando el tiempo, recuperarlo y mantenerlo ha exigido rellenar el vacío. Y lo está haciendo con subproductos como las políticas identitarias, que representan el corte de amarras definitivo con la Ilustración, de la que a fin de cuentas el marxismo era hijo. Como escribe Finkielkraut, Marx ha sido vencido, pero por Joseph de Maistre, el que abanderó la reacción contra los valores igualitarios y universalistas de los ilustrados. Para aquellos tradicionalistas contrarrevolucionarios, como para la izquierda posmoderna, la humanidad es sólo la suma de los particularismos. El Hombre, el individuo, no existen. Así, sus derechos pueden ser y son vulnerados en nombre de identidades colectivas fabricadas.
En tres décadas, el partido fundado por Pablo Iglesias ha sufrido, sí, grandes transformaciones ideológicas. Ha pasado de la ideología de la beautiful people y la gauche caviar a la de los lobbies de gays y lesbianas.
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