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Julio 19 de 2007
Clínica de Pereira, en líos por un aborto involuntario
Los médicos le habían dicho a la mujer, de 38 años, que le tenían que eliminar unos 'miomas' que le crecían en el útero. Al sacarle el órgano, suspendieron la gestación de un bebé sano de cuatro meses.
Cuando Margarita Tapasco recuerda a Luis Ángel se echa a llorar. Con ese nombre bautizó el 28 de junio a su pequeño hijo de 18 semanas de gestación, después de recuperar su cadáver ese mismo día en el servicio de patología de la Clínica Pío XII de Pereira.
En ese centro médico, del Seguro Social, donde también trabaja como auxiliar administrativa, la mujer de 38 años fue operada para extraerle un supuesto tumor benigno (mioma) que le habían diagnosticado a través de una ecografía que le tomaron el 30 de marzo, y que resultó ser un bebé que crecía sano en su vientre.
Con un fuerte dolor en el bajo abdomen, Margarita llegó el 13 de junio, a las 11:00 a.m., a urgencias ginecológicas de la clínica. Tras cinco horas de espera fue intervenida quirúrgicamente.
Una semana después, el 18, empezó a ver que sus senos se hinchaban. Fue la primera vez que sospechó que lo suyo no era una enfermedad sino un embarazo. Ese día le extrajeron gran cantidad de leche y, ante la evidencia, quiso saber del 'tumor' que le habían retirado. Como no le daban razón, se preocupó.
Y de tanto insistir le informaron que en el útero, que pesó 600 gramos, había un bebé "de cuatro semanas".
Desesperada exigió verlo, pero como no se lo permitieron, entabló un derecho de petición.
Dos días después le entregaron el feto y el documento de patología que señalaba la gestación de cuatro meses.
Ante el impacto de la revelación quiso demandar a la clínica y a los médicos por ocultarle información. Hoy ya no quiere saber nada de demandas. El hospital asegura que un comité de ginecólogos analizará la situación.
El día que les entregaron el pequeño cadáver, Margarita y su esposo, Carlos Grisales, compraron un ataúd, buscaron un sacerdote que bautizara a su hijo y luego se dirigieron al cementerio San Camilo de Pereira para darle cristiana sepultura.
A pesar de la tristeza, la mujer se reintegró a su trabajo en el Seguro Social el pasado 13 de julio.
Clínica se defiende
En un comunicado, la Gerencia de la clínica dijo que la mujer fue operada para "salvaguardar su vida". Que habrá un comité ad hoc de ginecólogos para analizar cómo fue atendida y que la historia clínica no se divulga "por respeto a la paciente". Abdiel Castaño, presidente del Tribunal de Ética Médica de Risaralda, dijo no saber del caso, y agregó que situaciones como esta no son comunes.
PEREIRA
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