Eutanasia, ¿quién tiene la última palabra?
Aunque hace 10 años la Corte Constitucional despenalizó la eutanasia en Colombia, todavía no existe una regulación al respecto. Esta semana será votado en Senado el proyecto de ley que busca su reglamentación, por lo que el debate sobre sus pro y sus contra volvió a encenderse.
Colprensa/LA PATRIA
Bogotá
Aunque hace 10 años la Corte Constitucional despenalizó la eutanasia en Colombia, todavía no existe una regulación al respecto. Esta semana será votado en Senado el proyecto de ley que busca su reglamentación, por lo que el debate sobre sus pro y sus contra volvió a encenderse.
Pero ¿cuáles son las razones para un sí o un no? La historia de Gustavo Quintana, médico general de la Universidad Nacional, ha marcado intensamente el sí a lo largo de su dilata experiencia en la que ha ayudado a morir al menos a 35 personas entre los 11 meses de edad y los 89 años en todos los estratos sociales.
Él tuvo su propia encrucijada cuando fue víctima de un accidente de tránsito en el cual por poco queda cuadrapléjico por el aplastamiento de dos vértebras y la fractura de su cráneo. Esa vivencia le dio fuerzas de momento para apoyar la decisión de aquellas personas que no querían llevar una vida sin "dignidad".
"Me tiene sin cuidado si reglamentan o no la eutanasia porque ya está despenalizada. No pido que la gente acepte mi punto de vista, sino que cada persona libremente opte por su forma de muerte", dice el médico.
Para Quintana, la muerte asistida no es un deber médico sino humano, porque se trata de la culminación digna de la existencia.
En el proceso, este galeno asume una actitud ética de decirles a las familias que no hay nada más qué hacer ante tumores cerebrales o cánceres, un verdadero drama de hogar ante la imposibilidad de devolverle salud a un ser querido.
Siente que con su trabajo no está cometiendo un crimen y no entiende esa decisión como algo alevoso, dramático o trágico. Por el contrario, lo define como algo pacífico o "dulce".
Oposición
Una posición opuesta es expresada por el director de la especialización de bioética de la Universidad de la Sabana, Pablo Arango, quien rechaza la eutanasia como solución para un paciente terminal, por lo que prefiere apoyar la ortotonasia (ausencia de medios para mantener artificialmente la vida o quitarla, y dejar todo en el ciclo natural de la enfermedad).
Por eso, prefiere poner punto final al sufrimiento desde la ciencia con otras opciones que permiten minimizar esos padecimientos, como por ejemplo los cuidados paliativos (las atenciones que se dan a un paciente con una enfermedad potencialmente mortal, en fase avanzada).
"Si un paciente pide la eutanasia es porque debe cambiar de médico, por uno que sepa manejar los analgésicos. La deshidratación, por ejemplo, es una situación que se puede mejorar en un hospital o clínica", sostuvo Arango.
A propósito del proyecto de ley del senador Armando Benedetti, este científico criticó que la iniciativa intente convertir a los médicos en asesinos y los obligue a certificar falsedad.
"En el numeral siete artículo dos, dice que quienes deben aplicar la eutanasia son los médicos y que en el acta de defunción se debe poner que la muerte ocurrió por una causa natural, pero eso es mentira porque sería inducida", sostuvo el especialista en bioética.
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