Panamá, domingo 28 de octubre de 2007
CONTRADICCIONES.
El torcimiento de los derechos humanos
Miguel A Espino Perigault
miguelespinop@hotmail.com El torcimiento de los derechos humanos sucede cuando quienes dicen defenderlos actúan selectivamente y con prejuicios, demostrando así su ignorancia supina y el desconocimiento del valor universal de la persona y el de la vida humana, supuesto temas de sus preocupaciones.
Hay numerosas organizaciones defensoras de los derechos humanos. Las más conocidas son Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional (AI). Ambas han desarrollado una extraordinaria labor que les ha merecido el reconocimiento internacional; aunque también se han visto reprobadas por algunas de sus acciones y omisiones. Tanto AI como HRW han sido acusadas de servir a los intereses políticos de algunos países occidentales, sobre todo a los de Estados Unidos.
Los conceptos "derechos humanos", "democracia" y "libertad", son utilizados y manipulados maliciosamente por políticos demagogos y oportunistas; de allí el torcimiento del significado conferido a estos términos y a otros del acontecer político. Quizá por ello, el escritor uruguayo Mario Benedetti ha sugerido que, junto al concepto "derechos humanos" intencionalmente mal interpretado, se hable también de los "izquierdos humanos", para poner las cosas claras.
La irónica sugerencia del escritor se aplica muy bien tanto a Human Rights Watch como a Amnistía Internacional, organizaciones que han torcido el significado del concepto. Puede recriminárseles el haber perdido el sentido original de la misión que una vez se comprometieron cumplir cabalmente y preguntárseles si acaso sus dirigentes entienden la palabra "derechos" como "lo que cae a mano derecha", o lo contrario a lo izquierdo, que es como el escritor uruguayo piensa que entienden el término los políticos demagogos y oportunistas.
El concepto de derechos humanos ha evolucionado y ni AI ni HRW se han dado cuenta. Hace algunas semanas, un alto representante de la Iglesia católica denunció "la traición" de Amnistía Internacional a sus principios y propósitos iniciales de "defender la vida sin excepción", objetivo señalado por su fundador, el abogado británico católico, Peter Benerson. Amnistía Internacional ha decidido apoyar y promover el aborto, la muerte provocada a un ser humano inocente e indefenso. La Iglesia católica, que apoyaba a la organización, le ha retirado ese apoyo. El Vaticano ha denunciado, junto a analistas políticos internacionales, la existencia de una campaña mundial auspiciada por empresas comerciales para promover legislaciones que despenalicen el aborto, y que se generalice el uso de sus productos abortivos y anticonceptivos.
Human Rights Watch, por su parte, con una trayectoria de lucha en contra de la pena de muerte, promueve ahora el aborto, crimen que también es una pena de muerte; aunque peor, porque se aplica a inocentes. Las últimas muestras del descarriado e hipócrita accionar de HRW las ha realizado en Nicaragua, Guatemala y México. En el primero, se empeñó, sin éxito, en promover la despenalización del aborto. Entre sus actividades difundió un informe falso sobre el tema, hecho que fue descubierto y rechazado. En México, la lucha es para imponer una legislación favorable a los supuestos "derechos reproductivos de la mujer" y a la "educación sexual" (igualito que aquí), y en Guatemala, presionan por despenalizar el aborto. De este modo HRW y AI tuercen el significado de los derechos humanos, los traicionan y caen en la contradictoria posición de la que se burla el escritor suramericano.
El autor es docente
http://www.prensa.com/hoy/opinion/1158427.html