"La vida no es sólo de uno; es mía y de mis amigos, mis padres..."
Ángel Lozano, 26 años, tetrapléjico, farmacéutico y cuentacuentos dice que "da la cara" por sus seres queridos.
A los 18 años un accidente en una piscina dejó tetrapléjico a Ángel Lozano. Su familia y sus amigos le apoyaron en la recuperación, y gente con experiencia que había pasado por ello.
"Creía que aquello era el final, y gracias a ellos conseguí salir de una de las etapas más difíciles de mi vida", comenta el joven, hoy con 26 años.
Y tan difícil. Todo en la casa debía cambiarse: escaleras, el baño... "no tenía coche y cuando salía a la calle me encontraba con un ambiente raro, gente que me conocía me miraba extrañada y me trataba con cautela, como sin saber qué decirme".
Entendió que era ahora una persona dependiente, que dependía de las personas que le rodeaban con su servicio y amor.
Pero fue ingeniándoselas. Encarriló su vida. Se presentó a selectividad, entró en la carrera de Farmacia, la terminó, luego empezó Comunicación Audiovisual. Busca su primer trabajo, pero hay pocas ofertas para alguien que combina nivel alto de estudios y una discapacidad grave.
Pero mantiene amigos, sale con ellos, y le encanta actuar como cuentacuentos: "con un público la adrenalina me sube por las nubes, antes montaba a caballo, jugaba a baloncesto, pero ahora esto me divierte".
Sí, la vida se lo ha puesto difícil: "tanto a mí como a los que me rodean, y no sólo he salido adelante sino que creo que lo he hecho de manera bastante brillante; si antes era un poco chulillo, ahora los soy aún más", comentaba hace poco en el dominical de La Vanguardia (4/02/2007).
La clave ha sido una nueva visión de la vida: "me he dado cuenta de que la vida no es sólo de uno; no es sólo mía. Es mía y de mis amigos, de mi padre, de mi madre, de mi hermana... doy la cara por todos ellos".
El testimonio de Ángel Lozano, ¿no nos enseñará a dar la cara por todos? Nuestra vida no es sólo nuestra.
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