Oscuridad científica en Corea
Los medios se enteraron del escándalo y lo convirtieron en material para el fin de año: el coreano Hwang, hasta hace poco convertido en su país en una especie de héroe de la ciencia, tuvo que renunciar estrepitosamente a sus tareas en el laboratorio dedicado a clonación.
Pronto la revista “Science” publicará las correspondientes y bochornosas notas aclaratorias sobre las falsedades y datos equívocos asociadas a la clonaciones de este “pionero” y sus colaboradores. Algunas de sus subordinadas donaron “voluntariamente” óvulos y por ello recibieron unos cuantos dólares de recompensa. Los coinvestigadores americanos se retiraron del proyecto. Las autoridades académicas –antes copartícipes de la trama- ahora tendrán que mirar con mejor lente adonde destinar unos millones de dólares provenientes del erario público para ser dedicados a “investigación”. Ya antes los orientales se han burlado de los límites jurídicos y éticos propuestos por Occidente en el tema de la manipulación de la vida en sus inicios. Antes han anunciado –no faltan las expresiones de soberbia y desfachatez en este campo, en ninguna parte del mundo- que lo que importa es el progreso.
No es este, por cierto, un caso insólito de falsedad en datos científicos; esto sucede en las grandes publicaciones del mundo, a pesar de sus rigurosos filtros editoriales. Puede pensarse además, que los asuntos llegan a extremos aberrantes también debido al ineficaz y corrupto funcionamiento de “autoridades académicas de alto nivel”, como puede suceder con las comisiones nacionales de bioética o con las comisiones de ciencia y tecnología vinculadas a los más encumbrados rangos educativos y políticos del mundo.
Hasta la fecha, no puede hablarse estrictamente de “clonación terapéutica”. Sí, naturalmente, aunque ello no se mencione mucho, de embriones creados y destruidos deliberadamente en diversos procesos. Con el caso coreano viene una dosis de realidad a empañar las expectativas -algunas veces magnificadas, sobrevaloradas y usadas con fines de comercio, de publicidad, de mercadotecnia o de política- para la solución de problemas neurológicos, hematológicos o endocrinos. Por otra parte, es cierto que sí se desarrollan progresos importantes en cultivos celulares diferentes a los de origen embrionario. Se obtienen células con buen potencial de diferenciación a partir de células somáticas de los propios pacientes, sin necesidad de manipulación de células germinales.
Pero la suerte de los embriones muertos en el aborto in vitro (inherente a las tecnologías de reproducción asistida) por parte de quienes se dedican a esa industria de eugenesia y muerte selectiva, no ha sido comentada de modo sereno, amplio y veraz: desde hace años, aquellos técnicos se han presentado como benefactores de la humanidad. Y muchos todavía así los consideran, pues se ha oscurecido con falsedades la conciencia pública ante la magnitud real de lo que acontece.
El tema tiene profundas y graves facetas, que merecen ser enunciadas: no todo lo que es técnicamente posible se debe hacer. La licitud ética de una acción requiere de un proceso racional previo, de deliberación; no porque se “pueda” hacer algo, se “debe” hacer.
Las técnicas de manipulación genética que incluyen el uso de gametos (óvulos o espermatozoides) son éticamente reprobables. Una vez conformado un cigoto humano, estamos ante la realidad personal de un “otro”, y ese “otro” es un ser humano, un congénere. Estos son los hechos, aunque muchos abortistas contemporáneos sientan que se les ataca en su “libertad” de pensar como les parezca o como les convenga. Aquella es la realidad, sin que la cambie la opinión de quien quiera o tenga interés en negarla o deformarla. Los hechos están ahí, independientemente de los que opinemos.
La verdad es que en Corea –tristemente no sólo allí- se están manipulando y aniquilando seres humanos en medio de oscuros procesos de otra manipulación, la informativa y publicitaria. Con las tecnologías FIVET el hombre ha sido reducido a la condición de objeto, que es la más tiránica y despiadada de las esclavitudes. También se está manipulando la verdad, pero esta, a la larga, termina por imponerse. Ahora en Corea tendrán que detenerse, y muy probablemente, dar marcha atrás. También debe suceder en otras partes, cuando la gente se percate honestamente de lo que pasa.
http://www.elmundo.com/sitio/noticia_detalle.php?idcuerpo=1&dscuerpo=Sección%20A&idseccion=3&dsseccion=Opinión&idnoticia=7511&imagen=&vl=1&r=buscador.php&idedicion=121
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Oscuridad científica en Corea
lunes, 12 de octubre de 2009
Etiquetas:
CLONACIÓN,
PROCREACIÓN HUMANA ASISTIDA
Publicado por
Beatriz Campillo
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