En los laboratorios del CIB, en Medellín, está lista la semilla que salvaría de la ruina a los agricultores
La primera variedad de papa transgénica en el mercado local, resistente al ataque de la polilla guatemalteca (Tecia solanivora), será el resultado de una investigación hecha en Colombia totalmente.
De esto están encargados los grupos de biotecnología vegetal de la Universidad Nacional, sedes Bogotá y Medellín, la Corporación para Investigaciones Biológicas (CIB) y un grupo de profesionales de Corpoíca, del Centro Internacional de la Papa (CIP) y de Fedepapa. Además la iniciativa cuenta con una financiación de 1.900 millones de pesos del Ministerio de Agricultura y un aporte de la Secretaría de Agricultura de Antioquia en la construcción de un invernadero de bioseguridad. Así, con la modificación genética de la papa, se espera solucionar un problema que ha generado tanto o más controversia que los transgénicos mismos: el uso indiscriminado de plaguicidas, que han ocasionado resistencia de la plaga a estos insumos, la destrucción de sus enemigos naturales y la presencia de residuos químicos en el alimento, en los campos de cultivo y en las fuentes de agua. Hoy, luego de diez años de investigaciones y pruebas de todo tipo en los laboratorios del CIB, la papa transgénica está lista para pruebas de campo y solo falta el visto bueno a una solicitud hecha al Comité Técnico Nacional de Bioseguridad (CTN). Una vez este dé el aval, se sembrará en un invernadero construido para este fin y se someterá durante un año a todo tipo de pruebas con el fin de garantizar su efectividad -la resistencia a la plaga- y la inocuidad para el medio ambiente, es decir, la imposibilidad de que su polen llegue a otras especies nativas de papa, que se afecten la fauna y la flora local, entre otros aspectos. Luego, se sembraría en algunos lotes, 'a cielo abierto' , en las instalaciones de Corpoíca, para someterla a otras pruebas similares a las descritas. Posterior a los resultados exitosos que esperan los investigadores, se iniciaría otra etapa, esta vez, al aval para consumo humano por parte del Ministerio de la Protección Social. Superado lo anterior, Colombia tendrá disponible semillas de papa genéticamente modificada o transgénica, resistentes al ataque de la polilla guatemalteca, plaga que llegará a su fin y por la que se han invertido varios miles de millones de pesos en erradicarla. Estos recursos, aún no cuantificados, han provenido del Gobierno, las instituciones dedicadas al agro, las empresas que comercializan insumos para su prevención y control y los propios agricultores. Cuatro fases de trabajo Según Diego Villanueva y Fernando Ángel, investigadores del CIB, con sede en Medellín, las variedades escogidas para hacerles modificación genética son las conocidas como Diacol Capiro (R12) y parda pastusa, dos de las más sembradas en Colombia; recientemente comenzaron a trabajar con la pastusa Suprema, nueva en el mercado. De este modo, el proyecto de modificación genética de plantas de papa, liderado por el CIB de Medellín, implica cuatro fases de trabajo. Una primera fue la caracterización molecular en el laboratorio, las pruebas de invernadero y las de campo abiertas, ya descritas. En segundo lugar, una evaluación de la diversidad de papa silvestre en Colombia, con el fin de determinar el posible riesgo de flujos de genes a través del polen.
JUAN CARLOS DOMÍNGUEZ / REDACCIÓN DE ECONOMÍA Y NEGOCIOS
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