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Extraen el ADN de aves gigantes de hace 19.000 millones de años

viernes, 12 de marzo de 2010

genética

Extraen el ADN de aves gigantes de hace 19.000 millones de años

El hallazgo, a partir de huevos fosilizados, podría permitir clonar especies extintas

Autor:
R. Romar
Fecha de publicación:
10/3/2010
 

Eran aves gigantes, aunque no volaban. Mucho más imponentes que el avestruz o el ñandú, solo que se han extinguido hace cientos de años. Sin embargo, el pájaro gigante de Madagascar, que medía hasta tres metros y pesaba media tonelada, el moa de Nueva Zelanda o el emú gigante de Australia podrían volver a revivir.

La clave está en sus huevos, en sus cáscaras, de los que un equipo internacional de científicos británicos y australianos han conseguido extraer por primera vez su ADN. Y no solo eso, sino que en una investigación publicada en la revista científica Proceedings of the Royal Society B, subrayan que esta nueva fuente de material genético puede ser tan importante como los huesos o los pelos para la reconstrucción del ADN de especies extintas a partir de sus restos fósiles.

«Nuestras muestras demuestran una excelente preservación del ácido nucleico», destacan en el artículo. El hallazgo, aseguran los investigadores, tendrá importantes implicaciones en los campos de la arqueología y la paleontología, ya que esta nueva fuente de ADN puede aportar datos sobre la dieta de las especies, su biodiversidad, los cambios ambientales o su proceso evolutivo.

El nuevo hito científico fue remarcado por la investigadora Charlotte Oskam, de la Universidad australiana de Perth. «Los científicos -dijo Oskam- han intentado sin éxito durante años aislar el ADN de fósiles de cáscaras de huevo, pero nosotros ahora lo hemos conseguido».

El material genético más antiguo procede de un emú australiano que tiene su origen hace 19.000 años. Sin embargo, la especie más sorprendente es el pájaro elefante de Madagascar (Aepyornis), que vivió en la isla durante 60 millones de años, pero que se extinguió hace aproximadamente unos 350 años por la presión humana. Tenía un terrible aspecto, pese a que era un herbívoro: tenía enormes patas, fuertes garras y un poderoso cuello, su cuerpo estaba cubierto de un plumaje similar a las púas de un puerco espín, como el emú, y su pico tenía forma de arpón. Y sus huevos, con un diámetro de 90 centímetros, eran entre 180 y 240 veces más grandes que los de una gallina.

¿Podría volver a recuperarse esta colosal especie? Este, en principio, no es el objetivo de la investigación, pero con un ADN bien caracterizado y conservado su clonación no sería imposible, aunque para implantar su material genético sería necesario utilizar como madre de alquiler a una hembra de una especie de la misma familia, como el avestruz.

http://www.lavozdegalicia.es/sociedad/2010/03/11/0003_8346888.htm

San Pablo CEU: «No enseñamos a nuestros alumnos a matar niños»


Inma Castilla de Cortázar: Decana de la Facultad de Medicina de la Universidad CEU San Pablo

«No enseñamos a nuestros alumnos a matar niños»

12 Marzo 10 - Madrid - M. C

 

La decana de la Facultad de Medicina de la Universidad CEU San Pablo lamentó la inclusión del aborto en el currículo de la carrera. «Que los estudiantes tengan que aprender a practicar abortos es una provocación», aseguró Inma Castilla de Cortázar, «justo después de que la Aneca –Agencia Nacional de evaluación de la Calidad y Acreditación– cerrara el currículo común para todas las facultades de España».

La Ley del Aborto exige la «incorporación de la salud sexual y reproductiva en los programas curriculares de las carreras relacionadas con la medicina y las ciencias de la salud, incluyendo la investigación y formación en la práctica clínica de la interrupción voluntaria del embarazo».

«Nos negamos en rotundo a impartir esto en nuestra Facultad», añadió. «Nosotros no enseñamos a matar, sino a salvar a madre e hijo». Para Castilla de Cortázar, imponer la enseñanza de la práctica del aborto provocado a los estudiantes de Medicina «se aparta del bien común, lesiona la libertad de cátedra y viola el juramento hipocrático».
«El aborto silencia las verdaderas necesidades de una embarazada, que cree que no va a poder tenerlo y asume que todavía no somos humanos tras la concepción». «Quienes creemos en la igualdad vemos la ley como una burla del feminismo más crispante».


Efectos cerebrales


«Debemos denunciar la agresión que supone el aborto, el gravísimo daño para la chica por sus consecuencias físicas y psíquicas». Cortázar citó estudios de neuroimagen realizados en mujeres que han abortado en las que se observa, en la zona subcortical, el hipocampo, que se ha retraído el sistema límbico, donde tiene el asiento orgánico la afectividad y las emociones. Este mismo retraimiento se observa en personas que han sufrido experiencias traumáticas, como, por ejemplo, los «marines» que volvían del campo de batalla en Vietnam. Esto tiene como consecuencia depresión, problemas para conciliar el sueño y conflictos socioafectivos. «Debemos hacer una labor de divulgación de estos aspectos más desconocidos», reclamó la decana.

Castilla de Cortázar también incidió en lo que considera «objeción de conciencia y de ciencia», en referencia a los nasciturus con defectos. «Los niños con síndrome de Down sufren discriminación sólo por presentar un trastorno». En este sentido, abundó en la idea expuesta por Conrado Giménez, presidente de la Fundación Madrina, sobre los «falsos positivos» que arrojan algunas pruebas prenatales, como la del pliegue nucal.


Sentencia de muerte

«Tenemos decenas de casos de gestantes a las que les dijeron que tendrían Down, decidieron seguir adelante con la mayor de las valentías, y luego han tenido niños sin el síndrome», apuntó. La eugenesia vía aborto que suponen estas pruebas médicas, algunas sin el rigor exigido, es, para la decana, una «sentencia de muerte sólo por estar enfermo».
«Las pretensiones del feminismo de medio pelo ofenden a la verdadera feminidad e imponen los derechos de la mujer como si fueran distintos de los de la persona», sentenció. «Un feminismo cutre que mata al niño, lesiona la salud mental y física de la madre y ningunea al padre».

http://www.larazon.es/noticia/8618-no-ensenamos-a-nuestros-alumnos-a-matar-ninos


Nota

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Perfil

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Medellín, Antioquia, Colombia
Magister en Filosofía y Politóloga de la Universidad Pontificia Bolivariana. Diplomada en Seguridad y Defensa Nacional convenio entre la Universidad Pontificia Bolivariana y la Escuela Superior de Guerra. Docente Investigadora del Instituto de Humanismo Cristiano de la Universidad Pontificia Bolivariana. Directora del Grupo de Investigación Diké (Doctrina Social de la Iglesia). Miembro del Grupo de Investigación en Ética y Bioética (GIEB). Miembro del Observatorio de Ética, Política y Sociedad de la Universidad Pontificia Bolivariana. Miembro del Centro colombiano de Bioética (CECOLBE). Miembro de Redintercol. Ha sido asesora de campañas políticas, realizadora de programas radiales, así como autora de diversos artículos académicos y de opinión en las áreas de las Ciencias Políticas, la Bioética y el Bioderecho.

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